Tipos de ácido hialurónico: ¿sabías que no todos son iguales?

El ácido hialurónico es una molécula presente en muchos cosméticos y también es uno de los principales tratamientos demandados en la medicina estética. Pero siendo algo tan conocido por todos, en realidad entraña algunos secretos que hoy os cuento. ¿Quieres descubrir los diferentes tipos de ácido hialurónico y cómo estos marcan la diferencia en tus tratamientos estéticos? Te lo explico a continuación.

¿Qué es el Ácido Hialurónico?

El ácido hialurónico es una sustancia naturalmente presente en nuestro cuerpo. Con el paso del tiempo, la exposición al sol y el proceso natural de envejecimiento disminuyen los niveles de ácido hialurónico en nuestra piel, lo que lleva a la pérdida de volumen y la formación de arrugas. En este sentido, el ácido hialurónico actúa como un imán de agua, es decir, absorbe agua y por ello nos ayuda tanto a hidratar la piel como a proporcionar volumen en caso de tratamientos inyectados.

Cuando lo utilizamos en tratamientos estéticos, diferenciamos tratamientos que aportan volumen (donde usamos ácido hialurónico reticulado) y aquellos nos proporcionan una hidratación profunda pero sin volumen (aquí usamos ácido hialurónico no reticulado).

Ácido Hialurónico Reticulado: volumen, proyección e hidratación.

¿Qué significa reticulado? El ácido hialurónico reticulado tiene una estructura más densa y gelatinosa, por lo que aporta volumen y durabilidad en los tratamientos. Existen diferentes tipos de “densidades” según el área a tratar: por ejemplo, es diferente el que se usa para dar volumen a unos pómulos que el que se utiliza en un tratamiento de volumen de labios.

Usos y beneficios: Este tipo es ideal para rellenar áreas que han perdido volumen con el tiempo y para recuperar contornos faciales. También se utiliza para aumentar el volumen de zonas determinadas, como pueden ser los labios y los pómulos.

Ácido hialurónico no reticulado: hidratación profunda sin volumen añadido.

¿Qué significa no reticulado? El ácido hialurónico no reticulado es menos denso, más líquido. Se utiliza para tratar áreas más extensas que requieren de una hidratación profunda de la piel o para la reducción o mejoría de arrugas. Al no ser tan denso como el reticulado, se integra de manera natural en los tejidos y se puede usar de forma más superficial. No aporta prácticamente volumen, lo cual es ideal en personas que evitan ese efecto y buscan hidrataciones con resultados naturales.

Usos y beneficios: Este tipo de ácido hialurónico es perfecto para la hidratación profunda de la piel y la mejora de su calidad general. También se utiliza para suavizar líneas finas y restaurar la luminosidad natural de la piel.

¿Cuál es el proceso de tratamiento?

Ambos tipos de ácido hialurónico se administran mediante inyecciones, que pueden ser con aguja, con cánula o combinados. El procedimiento es relativamente rápido, y los resultados son generalmente visibles de inmediato. La duración del efecto varía según el tipo de ácido hialurónico y la zona tratada, pero en general, los efectos pueden durar de seis meses a un año.

Personalización del tratamiento:

La elección entre ácido hialurónico reticulado y no reticulado depende de tus objetivos estéticos y de la zona que desees tratar. Un enfoque personalizado y la consulta con tu profesional en medicina estética son esenciales para determinar cuál es la mejor opción para ti.

El ácido hialurónico, en sus formas reticuladas y no reticuladas, son una herramienta poderosa para mejorar la calidad de tu piel y mantener una belleza natural y duradera. Si tienes dudas sobre estos tratamientos o te interesa saber más…hablamos?

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